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Alerta Máxima: ¿Apocalipsis en Europa del este?

Actualizado: 27 ene 2022

Por: David Felipe Osorio Méndez.

Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, y Magíster en Estrategia y Geopolítica de la Escuela Superior de Guerra.


Ante las recientes tensiones que acaecen en Europa Oriental entre Rusia y el “bloque occidental” -Estados Unidos, la OTAN, Reino Unido y la UE- en Ucrania, es mandatorio para mi desarrollar un artículo que otorgue al lector un conocimiento más profundo sobre las claves de la tensión, y aunque no lo crean, sus repercusiones inmediatas para Latinoamérica.


(Fuente: Hispan TV)


Pasadas dos semanas del inicio de 2022 y desde el mes de diciembre de 2021, según los servicios de inteligencia occidentales, el gobierno ruso en cabeza de Vladimir Putin ha acumulado entre 100.000 y 120.000 hombres y plataformas terrestres (tanques y vehículos lanzacohetes) en la frontera con Ucrania, situación que ha obligado al bloque occidental a movilizar tropas, plataformas tanto aéreas (aviones y helicópteros) como marítimas (fragatas, submarinos), a Ucrania y los paises aliados cercanos a Rusia como lo son Estonia, Letonia, Lituania, Polonia; lo que aumenta la preocupación en el continente europeo por una guerra entre potencias con un “pequeño componente” nada despreciable: La capacidad nuclear, que recuerda las terrorífica sigla DMA -Destrucción Mutua Asegurada-. Y aunque precisamente estas siglas hagan pensar a los lideres “dos veces” “antes de apretar el botón”, lo que sí está claro, es que están dispuestos a todo por satisfacer su interés nacional, en un territorio de importancia global.


(Fuente: El Orden Mundial)


Para entender algunas claves de la grave situación, hay que remitirnos a la historia reciente y algunos capítulos de una historia no tan reciente.


Un poco de historia.


Mauro Rozo Mantilla en su Texto “ Ucrania: Un área de tensión mundial”, describe como desde la desintegración de la Unión Soviética en 1991 y la sucesiva separación de Ucrania, se ha vivido una constante crisis sociopolítica dada su disyuntiva entre Integrarse a Occidente pero sin perder los lazos socioculturales que lo unen a Rusia (y Bielorrusia), lazos que datan desde el siglo X, cuando existía el denominado Rus de Kiev -hoy Ucrania-, el principal Estado eslavo de la Alta edad Media.

Este Estado que existió entre los siglos X y XIII tenía un territorio entre los mares Báltico al norte, negro al sur, los montes Cárpatos en el Occidente hasta el río Volga en el Oriente. Su caída estrepitosa se dio en 1240 cuando los mongoles destruyeron la ciudad de Kiev.

Como consecuencia de la caída del Rus de Kiev, ciudades más al norte que no sufrieron las consecuencias de la invasión pudieron brillar con luz propia, este fue el caso de Moscú, que era en sus inicios una ciudad modesta que paulatinamente se fue convirtiendo en la populosa ciudad de un imperio. Esto mismo ocurrió con Lituania que fue creciendo como país y alcanzó a abarcar parte del hoy territorio ucraniano. En 1569 y junto a Polonia crearon la República de las “dos naciones”, poco a poco esta República absorbió a Ucrania que más tarde fue dividida entre estos dos grandes poderes, hasta que parte de su territorio fue incorporado a Rusia en 1783 bajo el reinado de Catalina la Grande. (Rozo, s.f.)


Como se puede observar, luego de la caída del Rus de Kiev, Moscú se alzó como la ciudad privilegiada que reivindicaba la cultura eslava oriental, reemplazando el esplendor que tuvo en la edad media la “ciudad ucraniana” caída en desgracia. Según el artículo escrito por Rozo, el Principado de Moscú fue creciendo tímidamente a través de conquistas hasta convertirse en el Zarato ruso en 1547 de la mano de Iván el terrible.

Rusia tuvo un proceso histórico más favorable que Ucrania; su composición territorial fue aumentando con el tiempo favoreciendo a un monarca poderoso asentado en Moscú y convirtiéndose en un imperio euroasiático con una cultura única, ya que no se parecía a los estándares occidentales, pero tampoco encajaba con los orientales. Cultura compartida con el pueblo ucraniano.


Vinculación sociocultural Rusia-Ucrania.


Desde el punto de vista histórico-político Ucrania ha sido parte fundamental de los intereses de Rusia. Por ejemplo, Catalina II impulsó a la ciudad de Odessa (actual Ucrania) para convertirse en el principal puerto ruso en el mar negro para consolidar su influencia en Europa oriental.

Así mismo, por causa de la incorporación sociocultural y política progresiva de Ucrania (desde el siglo XIII), existe un estrecho vínculo entre Rusia y Ucrania, habiéndose presentado únicamente cuatro intentos de separación ucraniana de Rusia en el marco de la revolución bolchevique, no por razones reivindicatorias étnicas o nacionalistas, sino por el contrario, arraigándose a los más profundos valores rusos que se veían amenazados en ese entonces por la revolución socialista. Para ejemplificar tan estrecho vinculo cultural entre ambas naciones; según la investigación realizada por Rozo, se cita que en muchas familias ucranianas se hablaba y aun hoy se habla ruso al interior del núcleo familiar, y que en el pasado zarista se denominaba a Ucrania como la “pequeña Rusia”, un apelativo de cariño para referirse al apreciado territorio del occidente.


Al trasladarnos un poco más hacia al presente de esta línea de tiempo imaginaria de las relaciones Ruso-ucranianas, para la segunda mitad del siglo XX, el entonces líder soviético Nikita Krushev decidió traspasar la administración de la península de Crimea y la ciudad de Sebastopol de la República Socialista Soviética de Rusia, a la República Socialista Soviética de Ucrania en conmemoración del tercer centenario de la adhesión ucraniana a Rusia.

Al desintegrarse La Unión Soviética en 1991 la exrepública Socialista Soviética de Ucrania ve la oportunidad de adoptar los valores capitalistas de Occidente y se separa definitivamente de una Rusia que “se caía a pedazos”.


Ya para el año 2013 Viktor Yanukovich, entonces presidente de Ucrania, en el marco de un ambiente polarizado entre "europeistas" y "pro rusos", decide no firmar la adhesión de Ucrania a la Unión Europea. Esta decisión trajo descontento en la población estudiantil identificada con “valores pro occidentales”, dicho descontento se tradujo en protestas en la plaza de independencia de Kiev, protestas que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas gubernamentales y llevó a masivas movilizaciones en varias ciudades del país. Está delicada situación llevó a que el entonces presidente huyera a Rusia, su protector. La polarización llegó a tal magnitud que en distintas ciudades, entre ellas Crimea, se suscitaran enfrentamientos entre ‘europeístas’ y ‘pro rusos’ (apoyados por Rusia y que promovían la anexión de las provincias de Crimea y Donbass a Rusia) creando un ambiente de guerra civil, que desde entonces ha sido "mediada" y apoyada por las potencias europeas, Estados Unidos y Rusia en el marco de lo que podría llamarse “una guerra híbrida intermedia” por los actores anteriormente mencionados, en territorio ucraniano.


Importancia geopolítica de Ucrania.


Sin embargo, los acontecimientos histórico-políticos, la vinculación sociocultural de Ucrania con Rusia y la reciente reivindicación nacional prooccidental de Ucrania no explican en su totalidad el por qué este país es importante tanto para ‘occidente’ como para Rusia.


De acuerdo con Consuegra citado por Rozo, Ucrania es importante por dos razones: Su posición geográfica y sus recursos naturales; este país es básicamente un Estado tapón o pivote que separa la Unión Europea de Rusia y que permitiría ampliar la influencia de occidente o de Rusia, dependiendo de su alineación política. Adicionalmente, su subsuelo provee energía a Europa por medio de los gasoductos rusos que abastecen del recurso a toda Europa; vital en época de invierno. Aunado a lo anterior, posee materias primas a tal grado que cuenta con 360 yacimientos de petróleo y gas condensado además de una variedad de metales -tierras raras- (materias primas fundamentales para el sector tecnológico y la energía nuclear), y recursos hídricos en abundancia. Está preponderancia estratégica hacer de Ucrania un área de tensión pues por un lado es un puente geoeconómico entre Rusia y Europa, mientras que por el otro, es una delgada barrera entre el antagonismo Oriente-Occidente presente en la guerra fría pero que al parecer sigue muy vigente.


“Geográficamente Ucrania es el segundo país más importante de Europa” (Rozo, s.f.), el bloque que logre influencia sobre este país logrará mayor control sobre la región, así mismo, se adjudicará una enorme despensa alimentaria gracias a su fértil territorio y un acceso privilegiado al mar negro (un interés geopolítico y anhelo ruso). Es así, como Ucrania a pesar de ser tan solo un pivote geopolítico que no ejerce influencia directa sobre otro Estado (Brezezinski, 1998), sí podría constituir un desequilibrio geopolítico en la región dándole ventaja al bloque que lo tenga bajo su influencia.

Para ejemplificar la preponderancia geoestratégica de Ucrania se puede citar al brillante excanciller alemán Otto Von Bismarck, quién comprendía que para lograr alguna victoria estratégica en el espacio conocido en geopolítica como el “Heartland” (Eurasia), la zona más importante de la isla mundial, debía separar a Ucrania de Rusia. Así mismo, Vladimir Lenin decía que si la revolución perdía a Ucrania todo estaba perdido. (Rozo, s.f.)


Volviendo al presente.


Aparentemente, las tensiones actuales entre Rusia y el bloque occidental están explicadas por el renovado interés de Ucrania para unirse a la OTAN, situación inaceptable para los rusos, que ven como su influencia, a pesar de haber consolidado Crimea y Sebastopol, se vería muy disminuida sí Ucrania se une a la OTAN. Vladimir Putin, al entender esta situación como un detrimento a su interés nacional, relacionado con su proyección tanto a nivel regional como global frente a Estados Unidos y el bloque europeo (UE) y OTAN, ha movilizado tropas a la frontera con Ucrania para persuadirlo de tomar tal decisión; decisión que supondría la probable instalación de material armamentístico de la OTAN en Ucrania, algo que para el Kremlin amenazaría su supervivencia inmediata.


Por otro lado, el bloque occidental le ha manifestado a Ucrania su apoyo irrestricto ante cualquier acción bélica en su contra. Esto está explicado desde la óptica de los intereses de Estados Unidos estudiados por el Centro de Acción Preventiva del Consejo de Relaciones Exteriores, citado por el BG (H) Gustavo Rosales Ariza. La metodología empleada por este centro contempla dos variables; la probabilidad de ocurrencia de un conflicto bélico y el impacto en los intereses estadounidenses de ese conflicto.


La probabilidad de ocurrencia está dividida en tres niveles: alta, moderada (áreas de tensión) y baja. Mientras que el impacto está dividido en alto, moderado (áreas de tensión) y bajo.


Siendo el impacto (alto), las contingencias que pueden perjudicar directamente a Estados Unidos o países que éste tiene el compromiso de proteger, amenazas directas al territorio estadounidense, o afectación al suministro de recursos estratégicos (lo que desencadenaría la participación de las fuerzas militares de Estados Unidos); el impacto moderado, hace referencia a conflictos que involucran países de importancia estratégica para Estados pero que no son aliados por tratado, y es difícil que la potencia intervenga. Mientras que el impacto bajo se relaciona con afectación a países con limitada importancia estratégica para Estados Unidos o para los cuales el riesgo es de naturaleza netamente humanitaria.


Habiendo entendido lo anterior, la crisis de Ucrania se encuentra clasificada por el centro de acción preventiva del Consejo de Relaciones Exteriores como de alta probabilidad y de impacto moderado, sin embargo, dada “la inminencia” en la ocurrencia de una confrontación militar con la potencia rusa, el impacto puede escalar de moderado alto, dada la renovada relevancia geoestratégica de Ucrania percibida por la potencia norteamericana, como ficha clave para consolidar la influencia en Europa. Por lo que Estados Unidos podría intervenir con determinación como ya lo ha manifestado.


El impacto en Latinoamérica.


Desde la perspectiva de la doctrina de contención[1] formulada por George Kennan en 1947, aplicada entre los Estados Unidos y Rusia desde la guerra fría y con vigencia en la actualidad, si se desata una confrontación bélica en Ucrania entre el bloque occidental y Rusia, las repercusiones en América Latina y el Caribe serían inmediatas, pues Rusia ha estrechado alianzas con Estados de la región (Cuba, Nicaragua y Venezuela) y en repetidas ocasiones ha hecho presencia militar con su buque insignia de propulsión nuclear ‘Pedro el Grande’ en el Caribe, movilizando también tropas a Venezuela; Así mismo, ha amenazado con ubicar silos para misiles tanto en Cuba (tal como ocurrió en la guerra fría, en la crisis de los misiles de 1962), como en Venezuela, a modo de retaliación del material bélico que pudiese ubicar la OTAN en Ucrania si este se une al bloque; situación que pondría en peligro inminente no sólo los intereses nacionales de Colombia relacionados con su soberanía, independencia e integridad territorial, sino con su supervivencia misma.

Es por ello, que es FUNDAMENTAL, IMPERATIVO, VITAL, que de inmediato el servicio diplomático colombiano en Estados Unidos, en los países europeos, así como su misión en la Unión Europea, en la OTAN y en Rusia medien entre los dos bloques para evitar que estalle un conflicto bélico tanto en Europa como en Latinoamérica y el Caribe (área estratégica vital de Colombia), que tendría una repercusión catastrófica no sólo para ambas regiones sino para el mundo entero, dadas las capacidades nucleares de Estados Unidos, Rusia y algunos países de Europa involucrados en las tenciones.

(Fuente: ADSLZone)


Conclusión.


Para concluir, desde el fin de la guerra fría, con el atentado terrorista del 11S. seguido de la creciente amenaza asimétrica del terrorismo internacional, y las dinámicas de crimen transnacional organizado, que no están circunscritos a un Estado en particular, nos ha hecho pensar a los analistas internacionales que las confrontaciones bélicas interestatales son cada vez menos probables, y que estaban siendo reemplazadas por un nuevo tipo de amenaza, la amenaza asimétrica e híbrida. Sin embargo, la coyuntura que se vive en la actualidad en Europa del este (y lo que ocurrió en el Cáucaso Sur en 2020), nos recuerda que las guerras interestatales siguen siendo un modo vigente para consolidar intereses nacionales, y que el Estado sigue siendo el actor preponderante en un sistema internacional anárquico, donde prepondera el interés egoísta de los estados, y que estamos en un momento de transición hacia la consolidación de un nuevo orden mundial; un sistema multipolar, en donde las nuevas potencias emergentes le disputan el poder global a los Estados Unidos, potencia en decadencia (Várgas, 2012). Es por ello que cada Estado debe seguir procurando su seguridad a través de la diplomacia y la disuasión defensiva, no con el ánimo de demostrar poder a sus vecinos (que pudiese suscitar un dilema de seguridad y en consecuencia mas tensiones), sino para garantizar la supervivencia del Estado y la población que lo compone.


Quisiera terminar este artículo con un par de reflexiones:


La primera, para los simpatizantes pacifistas-idealistas del nuevo gobierno estadounidense: En términos de política exterior en el periodo presidencial de Donald Trump, el Republicano “guerrerista” logró acercamientos diplomáticos históricos con base en la diplomacia y la disuasión (ofensiva) tanto en medio oriente – promoción, mediación y firma de la paz entre Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin-, como en el lejano oriente -acercamientos entre las Coreas después de 65 años-; mientras que, en un año de gobierno del demócrata “pacifista y benévolo”; El mundo está al borde de la tercera guerra mundial (y Corea del Norte sigue incrementado sus ensayos nucleares*)


La segunda, desesperanzadora sobre la humanidad, que Hace Yuval Noah Harari en su best seller “De animales a dioses”: Sí lo homo sapiens, en cada lugar que colonizaban desde hace unos 70,000 años, les tomaba apenas un par de milenios en ocasionar desequilibrios medioambientales por la extinción de la fauna a través de la caza, teniendo poco menos que herramientas fabricadas con palos y piedras, cuanto más durará el homo sapiens en cuyas manos yacen armas de destrucción masiva... Según el autor menos de 1000 años...


Bibliografía.


· Montero, A. (2022). ¿Guerra en Ucrania? en https://www.youtube.com/watch?v=HqOvIEF6X4E


· Vargas, J. (2012). Escenario geopolítico del siglo XXI. ESDEGUE -SIIA- CEESESDEN. Bogotá Colombia.

· Rosales, G. (s.f.). Ensayos Geopolíticos, Orden Mundial y Áreas de Tensión. Universidad Militar Nueva Granada. Bogotá Colombia.


· Rozo, M. (s.f.). Ucrania: un área de tensión mundial. Ensayos Geopolíticos, Orden Mundial y Áreas de Tensión. Universidad Militar Nueva Granada. Bogotá Colombia. (pp.73-84)

· Kirby, P. (2022). Rusia-Ucrania: 7 claves para entender la escalada de tensión en la frontera entre ambos países. BBC News, Recuperado en, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-59570814

· Redacción BBC Mundo. (2020). Israel firma con Emiratos Árabes un histórico acuerdo de paz, por el que se compromete a suspender anexiones de territorios palestinos. Recuperado en, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53771501


NOTAS.

[1] La política de contención fue esbozada primeramente por George F. Kennan en su famoso Telegrama Largo, publicado en 1947 en la revista Foreign Affairs bajo el título de Las fuentes del comportamiento soviético y conocido también como el Artículo X, por haber sido firmado con ese seudónimo. Kennan sostenía que el objetivo primordial de Estados Unidos debía ser impedir la difusión del comunismo a las naciones no comunistas; es decir, "contener" el comunismo dentro de sus fronteras. Esta doctrina en la actualidad se puede entender como la contención que hace una potencia frente a la influencia política, económica y cultural pueden ejercer otra(s) potencia(s) contrincante(s) en un área de interés geoestratégico puntual.

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