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¿Dicotomía entre paz y guerra?

Por: David Felipe Osorio Méndez.

Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, y Magíster en Estrategia y Geopolítica de la Escuela Superior de Guerra.


(Fuente: Radio Sefarad)


En un principio no debería existir tal dicotomía absolutista, que pretende encasillar ambos contextos aisladamente, como si en presencia de uno no se pudiese percibir el otro. Tan estrecha es la relación entre ambos conceptos [Paz y guerra], que ya en la antigüedad, el autor Flavio Vegecio Renato (383-450), pronunció la célebre frase: Si quieres la paz prepárate para la guerra. Evidenciando que ambos conceptos son cíclicos y “espaciales” en la vida del ser humano (posteriormente en el Estado)


Un ejemplo paradójico que ilustra la condición cíclica temporal y espacial entre la guerra y la paz son los años de posguerra/ entreguerras (entre 1919 y 1939), años aparentemente de ‘paz’ que constituyeron en un principio; años de bonanza económica para los Estados Unidos (‘los locos años 20s’), que después se tradujo en crisis económica y pobreza (crack del 29’); de crisis socioeconómica y política en Alemania, que posteriormente experimentó un repunte acompañado de violencia política (1934-1939); de revolución, violencia y represión en la URSS; y para todos, consciente o inconscientemente, un periodo de preparación para la guerra.

Se puede evidenciar como en un mismo periodo de tiempo en distintos Estados (espacios), se estaban experimentando realidades diferentes, en donde, se alternaban coyunturas de paz, violencia y crisis, en un contexto catalogado por la historia como “pacifico”, contexto que a su vez sirvió como antesala de una guerra.


Otra paradoja de esta supuesta –pero- falsa dicotomía, son los denominados cuerpos o fuerzas de paz (también denominados cascos azules de la ONU), quienes tienen como función: Mantener la paz y la seguridad internacionales; fomentar entre las naciones relaciones de amistad; realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y de protección a los derechos humanos; y servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes. Todos objetivos aparentemente pacíficos, pero que de todas formas se consiguen por medio de las armas. (instrumentos propios de la guerra)


Finalmente, otro ejemplo al respecto que refleja el convivir constante entre la paz y la guerra, son paradójicamente los procesos de paz. Citando en esta ocasión el proceso de paz del Salvador, cuyo conflicto armado (1979-1992), que finalizó gracias a los acuerdos de paz de Chapultepec, tuvo como externalidad negativa que, en manos de la población civil quedaron miles de armas de fuego, lo que propició el surgimiento de las pandillas denominadas maras, dedicadas a la delincuencia, al tráfico de drogas, y que han hecho de El Salvador uno de los países más violentos del mundo, a pesar de no estar inmersos en una guerra. En otras palabras, un país nominalmente en “paz” que realmente no vive en paz, que por el contrario vive en constante conflicto. Pues la paz y la guerra conviven en un mismo espacio y tiempo con variación en la percepción del fenómeno.


En conclusión, LA DICOTOMÍA ENTRE LA GUERRA Y LA PAZ ESTÁ LEJOS DE EXISTIR (al menos en la práctica), al contrario, son conceptos que coexisten (y coexistirán) en el espacio-tiempo, presenciándose coyunturas en donde se percibe más uno que otro, pero no se pueden separar del todo. Por tanto, considero que la denominada dicotomía entre paz y guerra, sirve tan solo como retórica política.

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