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La gerencia del desarrollo, una disciplina de múltiples visiones.

Actualizado: 1 jun 2022

Por: Laura Camila Salazar Moreno.

Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales con énfasis en Gerencia Pública de la Universidad Externado de Colombia. Candidata a Magister en Gerencia y Práctica del Desarrollo de la Universidad de los Andes.


Escribo el presente articulo a modo de complemento y análisis del artículo que escribí hace unos meses, también sobre teorías del desarrollo. Espero este artículo también sea de su agrado.


(Ediciones Mawil)


La gerencia del desarrollo puede ser considerada un contrasentido dependiendo del punto de vista desde donde se le examine. El discurso del desarrollo ha evolucionado desde mediados del siglo XX hasta el día de hoy, y de cómo este se utilice dependerá la funcionalidad de la gerencia para el desarrollo. Para abordar esta afirmación es necesario traer a colación diferentes paradigmas del desarrollo como el estatismo, el neoliberalismo, el desarrollo basado en los derechos humanos y el postdesarrollo.


Comenzando con el estatismo, se encuentra el autor Walt Whitman Rostow, quien plantea en la lectura The Stages of Economic Growth: A Non-Communist Manifesto, una teoría sobre el evolucionismo partiendo de la idea de que existen cinco etapas de crecimiento económico por las que los países transcurren a lo largo de su historia: la sociedad tradicional, las condiciones previas al despegue, el despegue, la marcha hacia la madurez y el alto consumo de masas.

La teoría de Rostow parte del supuesto de que todos los países inician su evolución económica, social y política en la etapa de la sociedad tradicional y que todos están en capacidad de alcanzar la etapa cinco del alto consumo de masas en algún momento de la historia; que un país se encuentre en una u otra etapa dependerá de que cuenten con los factores necesarios para el despegue.


En contraste con el estatismo, se encuentra el autor Milton Friedman, con su obra Capitalism and Freedom, en la cual se plantea la teoría de libre mercado; donde las funciones del gobierno deben ser limitadas ya que la concentración de su poder pone en riesgo la preservación de las libertades individuales, junto con la imposición de estándares uniformes para una nación. También, se hace énfasis en la necesidad del capitalismo como una condición para la libertad política y se le brinda un gran peso al crecimiento económico como medida de desarrollo.


Por otro lado, Amartya Sen en su texto Desarrollo como Libertad, incluye los derechos humanos como un factor de desarrollo, cuestionando si el desarrollo se traduce solamente en crecimiento económico y centrando su discurso en el bienestar del ser humano. Según Sen, para que exista desarrollo se deben eliminar las carencias de libertad como la pobreza y tiranía, falta de servicios públicos, oportunidades económicas escasas, privaciones sociales sistemáticas y la intolerancia sociopolítica.


Es claro que a lo largo de la historia de la humanidad han surgido diferentes paradigmas del desarrollo; Rostow, Friedman y Sen, son una prueba de que las teorías del desarrollo han existido y seguirán existiendo. Más que ideas plasmadas en papel cada uno de estos paradigmas ha sido traído a la práctica y han tenido mayor popularidad unos que otros en ciertos momentos de la historia, así, siempre han sido utilizados como reglas del juego dentro del ámbito internacional para categorizar a los países como desarrollados o subdesarrollados. Sin embargo, ¿quién debería poseer la potestad para imponer una definición de desarrollo?


A partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial se comienza a hablar de desarrollo desde el discurso impuesto por las potencias occidentales, partiendo de la creencia de que toda nación que no cumpla con ciertos estándares fijados por estas mismas potencias, será catalogada como incompleta y necesitada de ayuda externa para lograr alcanzar el desarrollo. Según Arturo Escobar, exponente del post desarrollo y autor de Decrecimiento, Posdesarrollo, Transiciones, y La invención del Tercer Mundo: Construcción y deconstrucción del desarrollo; los actores de poder han utilizado el discurso de desarrollo para crear un modelo político y económico a su favor, legitimando sistemas que traen como consecuencia violencia hacia la naturaleza y las comunidades, con la promesa de fondo de progreso sin tener en cuenta la desigualdad en la distribución de costos y beneficios de estos. Según Escobar, la idea del desarrollo forma parte de una mentalidad neocolonial ya que les otorga el derecho a las naciones, llamadas así mismas como desarrolladas, de intervenir en la vida de otros países, y a las empresas y corporaciones, de intervenir en la vida de las comunidades, sin evaluar cómo esto influye en detrimento de estas.


Partiendo de lo anterior, se puede concluir que, la promesa de desarrollo presentada a mediados del siglo XX por las potencias occidentales trajo consigo crisis sociales, económicas y ambientales que hoy tienen al planeta al borde del colapso.

Fue en un principio la definición de desarrollo impuesta por estos actores de poder como “el deber ser” lo que inició una serie de problemas que hasta el día de hoy no podrán ser reversibles. Sin embargo, en el siglo XXI la toma de consciencia frente a las problemáticas mundiales se ha expandido, la preocupación por el cuidado del medio ambiente y la instauración de prácticas sostenibles en todos los sectores económicos se está convirtiendo en una necesidad, así como la lucha por la igualdad de género, por la igualdad de oportunidades y las libertades humanas.


De esta forma, sí bien la gerencia para el desarrollo no puede deshacer el daño históricamente causado por la misma promoción de su nombre, sí puede contribuir a encontrar paradigmas y nuevas teorías que beneficien tanto la calidad de vida humana como el cuidado del planeta, por lo cual, el desarrollo no debería contar con planes de acción estandarizados a nivel global, por el contrario, se debería priorizar la investigación de las necesidades a nivel nacional y local.


Para que la gerencia del desarrollo pueda contribuir es necesario deconstruir el término de desarrollo como se ha conocido en los últimos 70 años y aceptar que no existe ninguna verdad absoluta frente al tema, la definición siempre variará según el actor que lo evalúe, dependiendo de sus creencias, su cultura, su origen y su forma de vida.



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